Un mosaico es una técnica pictórica que se realiza con pequeñas piezas de piedra, cerámica, vidrio u otros materiales de diversas formas y colores, llamadas teselas, unidas mediante yeso u otro aglomerante, permitiendo así realizar distintas composiciones decorativas, ya sean geométricas o figurativas.
Roma
En la antigüedad clásica llegó a ser un producto muy elaborado y de gran lujo, en que se empezaron a realizar obras más complicadas con temas complejos y episodios de la vida cotidiana, el mundo marino y de la mitología. Los materiales empleados también fueron más ricos como el mármol, vidrio o el ónice.
Para los romanos, los mosaicos eran un elemento decorativo aplicado a la arquitectura; principalmente para decorar los techos y muros, pero cuando se comprobó que era un material que servía como pavimento porque resistía las pisadas, permitió crear un ambiente suntuoso en los espacios interiores,
El arte
bizantino
Recién hacia el año 330 y cuando el
emperador Constantino trasladó la capital del Imperio romano de Oriente a Bizancio favoreció la migración de los
maestros griegos y romanos fabricantes de mosaicos (llamados mosaistas) a la nueva capital.
Fue así que entre los siglos VI y VII nació el arte bizantino, uniendo la tradición griega con los estilos helenísticos, romanos y orientales, distinguiéndose en sus mosaicos por el gran uso del oro.
El gusto por la riqueza y la suntuosidad
ornamental del arte bizantino, requería el revestimiento de los muros de sus
templos con mosaicos, no sólo para ocultar la pobreza de los materiales usados,
sino también para expresar la religiosidad y el carácter semi-divino del poder
imperial (el cesaropapismo).
Las composiciones suelen ser frontales, con figuras aisladas, aunque se suelen alinear en un plano corrido. En la representación las figuras no son realistas, sino que muestran iconos idealizados, con gran rigidez y hieratismo, repetidos monótonamente entre paisajes o elementos decorativos intercalados.
Las teselas utilizadas en el arte bizantino eran de mármol de diferentes colores, o de barro cocido policromadas con pasta vítrea, buscando siempre crear un impacto cromático. Las técnicas más usadas son las llamadas opus tesselattum, a base de teselas cúbicas, todas iguales y de distintos tonos y el opus vermiculatum, en que cada tesela adopta el contorno preciso pudiéndose realizar así todo tipo de escenas figurativas. Generalmente, sin embargo, se combinaban ambas técnicas, el vermiculatum para los contornos y el tesselattum para el relleno.
Arte islámico
La gran cantidad de técnicas artísticas que
conoció el mundo islámico se debió principalmente al contacto que tuvo con una
gran cantidad de pueblos diferentes, que fueron desde el chino, el persa, o el
bizantino, que tenían unas tradiciones artesanales muy ricas. Y fue la mezcla de tradición y readaptación de
motivos y elementos arquitectónicos tomados de otras culturas, la que fue
creando, poco a poco, un arte típicamente musulmán, que se destaca por su gran colorido.
Es por esto, que
el uso de las cerámicas vidriadas en esa cultura se desarrolló en formas tan
sofisticadas como la de reflejos dorados o la del alicatado, un sistema de
revestimiento de las paredes que es muy similar al mosaico y en el que piezas
de formas y colores diferentes encajan entre sí como un rompecabezas, formando
diseños geométricos.
Y es la religión la que ha tenido un papel
muy importante en el desarrollo del arte islámico, ya que este se ha usado
mayormente con fines sagrados. Y han sido los motivos geométricos los elegidos
para este tipo de representaciones aplicadas a las construcciones sagradas;
mientras que el arte figurativo,
comprende una parte mucho menor y
que conforma todo lo que esta por fuera
del ámbito de la religión.